Establecer un objetivo no es lo más importante. Es decidir cómo vas a conseguirlo y seguir con ese plan
Tom Landry
Hola, queridos lectores. Ya estamos en el primer mes del 2024 y ¡vaya! Sólo puedo decir que la vida se pasa muy rápido y que debemos buscar llegar a la plenitud, luchando por lo que nos apasiona.
No voy a negar que este año me ha costado despegar, soy humana, y sí, en ocasiones tengo altibajos que me hacen parar o detenerme a pensar “¿Qué es lo que sigue?”. Justo ahorita estoy pasando por uno de esos altibajos, y es normal puesto que el camino al éxito no es lineal, sin embargo, sé que voy a lograr todo lo que me proponga, y que con disciplina, organización y enfoque podré salir adelante.
En este momento de mi vida, estoy reorganizando mis prioridades, preguntándome qué sigue y viendo la manera de conectar todos mis anhelos, todas mis pasiones y todos mis conocimientos. También estoy buscando la manera de organizar mi tiempo, y sobre todo de optimizar mis actividades para cumplir todas las metas que me he propuesto.
Les cuento que desde niña me apasionó aprender. Recuerdo que cuando tenía 7 años leía libros enteros de astronomía. A mis 9 años empecé a estudiar violín. A los 17 descubrí mi pasión por impartir clases de música. Entre los 20 y los 25 estudié una ingeniería relacionada con los alimentos. A los 26 me enamoré de la pedagogía. A los 30 descubrí mi gusto por la tecnología educativa y la educación en línea. A los 32 quedé fascinada por los temas de emprendimiento. A los 34 descubrí mi gusto por el desarrollo integral del ser humano. A los 35 descubrí mi interés por concientizar a las personas en temas de inclusión ante la discapacidad. Y a los 36 me di cuenta de mi interés por hacer sinergia con quienes me rodean…
He de confesar que me ha costado demasiado compaginar todo lo que he descubierto a lo largo de mi vida. Pero últimamente he comenzado a descubrir la manera óptima de lograrlo ¡Únicamente me llevó 36 años!
Recientemente, en vez de hacer una lista de mis 12 propósitos, me puse a hacer un mapa mental en el que pude plasmar todos los proyectos que actualmente manejo (mis eventos de violín, las clases de violín que imparto, mi emprendimiento de Cary Alsy, mi trabajo en la Universidad, el proyecto de la UNAM en el que colaboro y mi trabajo en la Academia de Música). Lo que me ayudó a asimilar todo lo que tengo que hacer, fue que esta vez pude visualizar las conexiones que existen entre todos y cada uno de los proyectos. Sé que si trabajo en uno de ellos, también estoy aportando para el otro, y viceversa.
Me ha servido tener este mapa mental pegado enfrente de mí. Mientras estoy practicando mi violín o trabajando en la computadora lo visualizo, y mi cerebro capta que tiene que enfocarse en los objetivos que se encuentran ahí representados. Mis proyectos están presentes porque diario los veo, los recuerdo y me pongo a trabajar en ellos.
También me ha funcionado tener un cronograma de actividades. Hice un cronograma anual, uno trimestral y uno mensual. He procurado desmenuzar cada uno de los grandes objetivos en varios objetivos pequeños, y observo que así es mucho más sencillo. Cabe mencionar que los objetivos que he plasmado para este 2024 son objetivos “SMART” (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales). Ya escribiré una entrada sobre este tema.
Otra cosa que me ha servido para lograr lo que me propongo, consiste en tener una lista de hábitos diarios. Tengo estos hábitos impresos en hojas que puedo rayar. Cuando finaliza el día, yo misma evalúo mi desempeño en todos y cada uno de los hábitos que me he marcado y me coloco una “palomita” o un “tache”, según sea el caso. Definitivamente creo que si me centro en cumplir mis hábitos diarios, entonces podré enfocarme en cumplir mis grandes metas.
Dicen por ahí que el éxito no es más que la suma de nuestros hábitos diarios. Créanme que lo estoy comprobando en este año. No voy a desistir.
Aquí les dejo el ejemplo de mi mapa mental y de mi lista de hábitos.
Como pueden observar, tengo grandes metas para este año. Ya estaré informándoles cuando finalice los productos que me he propuesto desarrollar: los cursos, artículos, entradas de blog, libro y demás…
En Dios haremos proezas
Salmos 60:1
No nos demos por vencidos.
Tú también puedes lograrlo. El 2024 ¡Será un gran año!