Por: Mara Nieto
Una de las preguntas más recurrentes que me han hecho a lo largo de mi trayectoria como maestra es la siguiente ¿Cuándo puedo empezar con el violín? Ante esta pregunta, yo siempre contesto lo mismo: el mejor momento es hoy, no importa si eres joven o no “tan joven”. Y es que he tenido alumnos de todas las edades ¡Todos logran tocar!
La ventaja de aprender a temprana edad consiste en que hay una mayor facilidad de formar conexiones neuronales, lo que se traduce en una mayor rapidez para comprender los conceptos. Por su parte, la ventaja de empezar a tocar a una mayor edad implica una mejor comprensión de la teoría musical y un mayor sentido de la responsabilidad. Es muy útil saber esto, porque ello puede ayudar a lograr un mejor desempeño para alcanzar los objetivos.
Recuerdo que hace unos diez años tuve a un alumno llamado Carlos, quien tenía aproximadamente 75 años, en ese entonces. Carlos comenzó con el violín, debido a que tenía la ilusión de tocar con su nieto de 6 años, quien también estaba aprendiendo. Debido a que Carlos tenía su meta bien definida, él fue capaz de tocar a dueto con su nieto. Pudo lograrlo a base de esfuerzo y dedicación; practicaba diario durante una hora. El día que los escuché tocar juntos, me llené de orgullo e inspiración; tocaron el Minueto 3 de Bach, una obra realmente hermosa.
Por su parte, Maresa, la alumna más pequeña que he tenido, llegó conmigo cuando tenía tan solo tres años. Ella logró avanzar debido a que tenía a su lado unos padres que estudiaban todos los días con ella, se preocupaban por su avance. Esta alumna tan dedicada logró tocar conciertos de Vivaldi al cabo de un par de años. Seguramente, mi querida Maresa logrará ser una excelente violinista profesional.
Así que la respuesta a la pregunta tan recurrente es simple: es posible tocar violín a cualquier edad. La clave para lograrlo se encuentra en la constancia y el apoyo que se pueda obtener de los seres queridos.
Si realmente tu sueño es poder tocar el violín (o cualquier otro instrumento), anímate ¡Puedes hacerlo!
Cito una frase de Marty Neumeier: “Nunca es tarde para convertirse en lo que uno podría haber sido”.