Mara Nieto Hernández Relatos y pedagogía

La vocación es la vocación…

Desde muy chico garabateaba papel… Es una cosa que ha nacido conmigo, que me parece, por lo menos, que he venido haciendo toda la vida.

Benito Quinquela

Por: Mara Nieto

Dicen por ahí que el trabajo perfecto es aquél que harías sin que te pagaran… ¿Te digo algo, “aquí entre nos”? Yo podría dar clases todos los días de mi vida, únicamente por el simple gusto.

Desde que era una niña pequeña sabía que la educación era mi vocación. Pasaba, al menos dos horas al día jugando a que yo era la directora de mi propia escuela, y que mis peluches eran mis alumnos. Les enseñaba matemáticas, redacción, álgebra, a cantar… Me apasionaba demasiado.

Aunque ya tiene unos 30 años que jugaba a eso, aún recuerdo a todos mis estudiantes “muñecos” de ese entonces: Pestle, Pestlín, Rosalía, Tom, Susan… ¡Eran brillantes y salían en la escolta! También recuerdo el nombre de la escuela que creé durante mi infancia, esa escuela se llamaba Cary Alsy.

Años después, a la edad de 17 años, tuve la oportunidad de dar clases de violín por primera vez. Aunque era muy joven y no tenía teoría pedagógica, ni nada por el estilo, sabía perfectamente cómo hacerlo. ¡Me sentía “como pez en el agua”! Amé compartir mi conocimiento y ver cómo mis estudiantes se desarrollaban día a día.

Posteriormente, estudié la Licenciatura en Pedagogía y luego la Maestría en Educación. No me equivoqué esta vez… Amo todo lo que tenga que ver con educación.

La vida me ha llevado por muchos lugares, por muchas asignaturas, por muchos niveles educativos y por muchas otras aventuras…

Hoy, además de ser violinista de eventos, maestra de música y profesora de Universidad, estoy en una isla llamada emprendimiento. Estoy creando mi propia escuela online ¿Sabes cómo se llama? ¡Sí, Cary Alsy! La niña que jugaba a ser la directora de su propia escuela, está incursionando en eso mismo, pero ahora de verdad y después de casi 3 décadas…

La vocación es la vocación y uno siempre lo siente en el corazón. Si tienes un hijo, sobrino, nieto o amigo que se llene de emoción con solo pensar en lo que le apasiona, ayúdalo a elegir correctamente… Impúlsalo y verás que será una persona exitosa y plena.

Si sientes que deberías estar haciendo otra cosa diferente a lo que haces, “toma el toro por los cuernos” y decídete a buscar lo que te llena. Nunca es tarde para empezar de nuevo.

Por una sociedad de apasionados: Mara Nieto.

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