Experiencias violinísticas

¿Por qué me enamoré del método Suzuki?

Cualquier niño a quien se entrene correctamente puede desarrollar una habilidad musical, de igual modo que todos los niños desarrollan la capacidad de hablar su lengua materna. El potencial del niño es ilimitado.

Shinichi Suzuki

Por: Mara Nieto

Me llamo Mara Nieto y me declaro una maestra totalmente enamorada del método Suzuki, es parte de mi vida.

El método Suzuki, como lo sugiere la frase que se encuentra en el encabezado, es un método que cree en el potencial de todos los niños. Su tesis principal es “Every child can!”, que traducida al español es “Todos los niños pueden”.

Este método consiste en enseñar a los niños a tocar el violín (o cualquier otro instrumento) a partir de la escucha. Al igual que Montessori, sugiere preparar el ambiente adecuado para que se logre el desarrollo de habilidades.

El que se crea de esa forma en la capacidad de los niños, hace que estos desarrollen una autoestima saludable y que tengan confianza en sí mismos. Es algo maravilloso el dotarlos de ese espíritu. Creer en alguien más es una herramienta tan poderosa…

Yo conocí el método Suzuki a la edad de 12 años, cuando corría el año de 1999; en ese entonces estudiaba en el Conservatorio Nacional de Música y tomaba clases con un maestro que lo implementaba.

Aunque faltaron muchas cosas por tomar en cuenta, personalmente pude trascender, ya que conecté con varios factores que me impulsaron a tocar más.

A continuación enlisto dichos factores:

  1. Cuando estudié con el método Suzuki, me encantó convivir y tocar con otros niños. Recuerdo que éramos un grupo enorme de niños que tocábamos el mismo repertorio (aproximadamente 30). Hicimos un ambiente de compañerismo, y entre todos nos motivabamos para cumplir las mismas metas. En ese grupo de niños se encontraba la que hoy, después de 22 años, es mi mejor amiga (Montse) ¡Era maravilloso tocar juntas! ¡Gracias, amiga! ¡Te admiro mucho!
  2. Escuchábamos el repertorio una y otra vez. Y es que, las canciones del método Suzuki son tan hermosas y fáciles de aprender. Me gustaba tararearlas todo el día. Hasta la fecha es un gran alivio el cantarlas cuando me siento estresada.
  3. Mis padres y mi maestro creían en mis capacidades. A pesar de que tuve algunas dificultades para apropiarme de la técnica del violín (probablemente no tenía un talento nato, pero sí mucha disciplina), siempre encontré motivación en ellos. Existía un fenómeno conocido como el triángulo Suzuki ¡Estoy tan agradecida!

Ahora que ya he estudiado más a fondo este método, me doy cuenta de que es muy noble y propone una pedagogía bastante humanista y significativa.

Me siento honrada de ser maestra Suzuki y comprometida para apoyar a que más niños desarrollen sus capacidades. Es una de mis metas de vida y haré lo posible por cumplirla.

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2 Comments

  1. Anabel Feijoo Maya says:

    Hermosa experiencia y me consta que eres fiel a esa convicción, la famosa triada educativa

    1. Sí, la triada educativa puede hacer maravillas. No solo aica a música, puede aplicar a cualquier experiencia educativa.

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