Experiencias violinísticas

Ser violinista de bodas es maravilloso

“El más poderoso hechizo para ser amado es amar”

Baltasar Gracian

Por: Mara Nieto

Una de las cosas que más me gustan de tocar el violín es que asisto a bodas muy frecuentemente. Disfruto mucho de amenizar los momentos mágicos y me encanta ver cómo se miran los novios al momento de decir “sí acepto”. 

La primera vez que toqué en una boda fue en el año 2003 ¡Yo tenía 15 años! Fue la boda de una de mis primas más queridas. Cuando me invitó a amenizar su gran día me sentí nerviosa, porque no tenía idea de qué canciones tocar. Recuerdo que en esa ocasión invité a dos colegas que estudiaban conmigo, una de ellas tocaba el violín y la otra el clarinete ¡Vaya combinación de instrumentos! Pero… creo que sonó bien. 

De ahí en adelante me he dedicado a tocar en muchas, pero muchas bodas. Yo le calculo que he amenizado alrededor de unas 300 bodas.

A veces me toca tocar durante la comida. Los novios eligen canciones actuales como “Perfect”, “Todo cambió”, “Por ti volaré”, “Shallow”, “Viva la vida”, “Can’t help falling in love”; en otras ocasiones me piden canciones de Disney como “Bella y Bestia” o “Un mundo ideal”. Los novios pueden escoger de una lista de más de 300 temas, siempre es al gusto de los festejados.

Otras veces me toca tocar durante la ceremonia. Aquí debo tocar lo siguiente.

Si es ceremonia católica: 

  • Entrada del novio (regularmente es el Canon de Pachelbel)
  • Entrada de la novia (regularmente es la Marcha Nupcial)
  • Señor, ten piedad
  • Aleluya
  • Te presentamos el vino y el pan
  • Tu has venido a la orilla
  • Cordero de Dios
  • Avemaría
  • Salida (la canción que los novios elijan)

Si es ceremonia cristiana: 

  • Tres o cuatro melodías para preludio
  • Entrada del novio (regularmente es el Canon de Pachelbel)
  • Entrada de la novia (regularmente es la Marcha Nupcial)
  • Dos cantos congregacionales
  • Música de fondo para los votos
  • Salida (la canción que los novios elijan)
  • Tres o cuatro melodías para postludio

En este trabajo como violinista de bodas tengo muchos privilegios. Uno de ellos es ver la cara de amor y entrega del novio, cuando ve caminar a la novia por el pasillo. Definitivamente es mi momento favorito de los enlaces nupciales, así como en la película de “27 vestidos”.

Otro de los privilegios que tengo al asistir a bodas es que puedo comer pastel de boda ¡Es delicioso!

Agradezco a todas aquellas parejas que me han hecho parte de su gran día.  Muchas gracias por confiar en mi trabajo y por hacerme cómplice de un momento tan especial como es el de comprometerse a compartir toda una vida. 

¡Felicidades a los futuros novios! ¡Felicidades a quienes creen en el amor!

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